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lunes, 21 de marzo de 2011

Acá están los BICAMPEONES


Juego épico en la noche del domingo. En los cinco minutos finales, los Lakers lograron remontar un pésimo partido para llevarse una de las mejores y más aguerridas victorias de la temporada ante los Portland Trail Blazers por un marcador final de 84 a 80. Gracias a este triunfo los laguneros se coronaron campeones de la División Pacífico por cuarto año consecutivo y aseguraron su plaza en la postemporada 2011.

El encuentro estuvo cargado de emociones de todo tipo. Los Lakers no reboteaban, no defendían y no daban muestras de idea de juego en ataque. No parecían haber llegado al estadio. En cambio, los dirigidos por Nate McMillan encestaban casi todo, liderados por una actuación pocas veces vista por parte de Nicolas Batum (25 puntos -10/16 TC-) y un LaMarcus Aldridge (18 tantos y 6 rebotes) que le dio muchísimo trabajo a Pau Gasol en la zona pintada.

Los Lakers sintieron muchísimo la ausencia de Andrew Bynum, quien está cumpliendo una suspensión de dos juegos por la falta flagrante de grado 2 que le cometió a Michael Beasley el viernes pasado. La falta del jóven pivot angelino fue muy bien aprovechada por los visitantes que penetraron la llave a su gusto logrando bandejas fáciles, a parte de hacerse un festín en los tableros. Los locales terminaron perdiendo en los rebotes por 35-45 (9-17 en ofensivos) y le permitieron muchos puntos de segunda chance a los Blazers.

La clave era la actitud. En los primeros tres períodos sólo la banca estaba a la altura de las circunstancias, liderada por Matt Barnes (7 puntos, 3 rebotes y 3 robos), quien cerró el tercer cuarto con un triple desde mitad de cancha sobre la bocina. Lamar Odom también, aunque desde la alineación titular en reemplazo de "Drew", jugó muy bien, mostrando la garra que lo caracteriza y la versatilidad que ya todos conocemos. "Candyman" terminó con 16 tantos, 11 rebotes, 6 asistencias. Por su parte, Steve Blake (4 asistencias) y Shannon Brown (7 puntos) también aportaban lo suyo, con mucho empuje y buen ritmo.

El problema eran las estrellas de los Lakers: Kobe Bryant y Gasol. "Black Mamba" encestó cuatro de sus primeros seis lanzamientos, peró falló los siete posteriors para un 4/13 que era muy desalentador. Aparte su defensa era mala debido a la lentitud que le provoca su lesión en el tobillo. El catalán no le encontró la vuelta a Aldridge y le costaba mucho encestar sus típicos lanzamientos de seis metros. En los últimos 12 minutos todo esto iba a cambiar.

Luego del triplazo de Barnes, el estadio se despertó y a los Blazers todo se le empezó a complicar un poco más. Los conducidos por Phil Jackson cambiaron la actitud hacia mitad del cuarto final, exactamente a falta de 5 minutos y medio. Fue allí cuando Bryant apareció y lideró a los suyos a la victoria, con 10 tantos en ese período, para finalizar con 22 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y un robo clave que terminó en un contraataque con volcada que puso el marcador 76-76 e hizo que el Staples Center explote.

También apareció Derek Fisher (8 tantos y 3 asistencias), con una gran defensa y un robo clave a falta de dos minutos que puso el partido 78-76. Tras esta gran jugada de "Mr. President", Kobe encestó un tiro difícilísimo ante Aldridge para un 80 a 76 que parecía sentenciar la noche.

Ron Artest (10 puntos y 4 asistencias) cometió muy tontamente una falta técnica que le dio un punto extra a los Blazers dejando al partido en uno de una poseción con 40 segundos por jugarse.

Ahí volvió a aparecer el mejor cerrador de partidos de la historia (aunque los de ESPN digan lo contrario) con un excelente tiro fade away (para el resto de los jugadores imposible de encestar), que gritó, festejó y vociferó enloquecídamente junto a la afición por el gran momento del equipo en el juego.

Luego de un triplazo de Batum para achicar la ventaja de los laguneros a dos puntos (82-80), D-Fish clavó la daga que sentenció el encuentro definitivamente, a falta de 10 segundos para el final.

Los Lakers lucieron como campeones en el momento necesario, demostrando que nunca es tarde para cambiar la actitud. Una muestra de entrega, valía y coraje, además de una sangre fría que incluso un equipo tan aguerrido como los Blazers debieron padecer. Kobe, con un pie, fue Kobe y guió a los suyos al triunfo.

Hay que destacar que los laguneros también penaron contra los jueces que no le cobraron nada a favor y, por momentos, parecían ser 8 contra 5.

Una gran victoria para extender la racha a cuatro consecutivas y asegurarse un lugar en los playoff.

12-1 es el récord tras el All Star y ahora reciben a los Suns el martes todavía sin Bynum.

Go Lakers!!!

Resumen del encuentro



Mejores jugadas de los Lakers

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